jueves, 1 de marzo de 2012

Gernika (País Vasco)

La historia que hay detrás de una obra de arte

Hay un municipio vizcaíno que con unas 15.000 firmas reclama que se exhiba de forma permanente en su pueblo el cuadro de Picasso al que éste da nombre: el Guernica (1937)



Esta es su historia:

26 de abril de 1937, la vieja Villa Sagrada de los vascos, cuna de sus leyes y libertades fue borrada del mapa por la aviación de Hitler y Mussolini al servicio de Franco.




Los aviones Junker alemanes de la Luftwaffe realizaron un bombardeo-alfombra contra la desprotegida villa. El veinticinco por ciento de los habitantes de Gernika fueron masacrados y los restos mutilados de seres humanos y de animales se entremezclan y confunden entre los escombros.


Gernika en aquel entonces era una población abierta y sin valor estratégico alguno, fue acribillada por la furia asesina con el único objeto de sembrar el terror, de amedrentar y de probar el armamento en vistas a la II Guerra Mundial que se avecinaba.
El horror que causó este episodio fue muy alto en la opinión pública internacional, no sólo por el sacrificio absurdo de inocentes, sino, sobre todo, por ser la primera vez en la historia en que se atacaba desde el aire una ciudad.




Gernika era una bucólica villa pastoril pero también un símbolo, una bandera, la cuna de la ley vieja, de la hidalguía de los vascos, fundada en la igual dignidad humana de quienes por compartir una lengua, una cultura y un territorio constituyen un Pueblo. Allí era donde ante el árbol de Gernika durante siglos  los señores de Bizkaia prestaban juramento a la ley ante el Pueblo y ante Dios.
De ahí que el general Mola dijera: “Es preciso destruir la capital de un pueblo pervertido que osa oponerse a la causa irresistible de la idea nacional”. 




Hoy en día, a los 75 años de aquello, se promete cumplir el cargo de lehendakari con “ lealtad a la corona “ que es legado de Franco, se suprime del juramento tradicional la referencia a Dios y también al Pueblo, sustituyendo el concepto por la referencia al ciudadano y se omite celebrar el Aberri Eguna...
Se ha perdido un poco la esencia y cosas que se le fueron añadiendo a este juramento centenario, pero se puede decir que hoy en día por fin cesó el terrorismo de las últimas décadas y se abre un nuevo horizonte para vivir en paz y en armonía sin miedo ni censura, y se van dando los pasos necesarios para que el pueblo vasco en un futuro no tan lejano pueda decidir libremente su futuro.

Árbol de Gernika, símbolo de las libertades vascas

El Roble y el Alma permanecen incólumes pese a todas las adversidades, y con la ayuda de Dios prevalecerán.



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