Me influye, nos influye
¿Hasta qué punto crees que son creíbles y efectivos los anuncios de publicidad? Las pruebas apuntan a que son extremadamente eficaces, más de lo que uno mismo admitiría.
Una encuesta de opinión pública reveló que la mayoría de la gente está convencida de que gran parte de la información proporcionada en los anuncios de televisión son mentira. Además, los resultados indican que cuanta más educación haya recibido una persona, más escéptica es, y que las personas escépticas consideran que su escepticismo las hace inmunes a la persuasión de la publicidad. Esto podría llevarnos a pensar que el mero hecho de conocer las intenciones del anunciante evita que seamos influidos por su mensaje. Pero no es así.
Cuando se trata de productos idénticos o muy parecidos la sola familiaridad con la marca puede suponer la diferencia. Como no me importa cuál comprar, cogeré el que me resulte más familiar, y es posible que me resulte más familiar por haber visto y oído su nombre constantemente en los medios de comunicación. Por tanto, cuanto más anunciado es un producto, más aumenta su fama y probablemente también su venta.
De todas formas, aunque la popularidad no va necesariamente unida a las ventas, normalmente están relacionadas, como ocurrió con el refresco A&W, que mejoró su cuota de mercado del 15% al 50% después de seis meses de anuncios en televisión.
Y ¿votar a determinado candidato para presidente conlleva el mismo tipo de decisión que elegir un móvil o una bolsa de patatas? La respuesta es un rotundo sí.
En un curioso relato entre bastidores de la campaña de Richard Nixon en las elecciones presidenciales de 1968, el periodista Joe MacGinness habló sobre la precisión con que los asesores de Nixon controlaron la imagen del candidato proyectada al pueblo norteamericano. McGuinness sugirió que la televisión puede ser un medio poderoso de seducir a los votantes para que voten la “imagen” del candidato antes que al candidato en sí. Por eso los candidatos a la presidencia dedican cada vez más tiempo y energía a campañas de recogida de fondos para hacer frente a los costes de publicidad.
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